Hay
una ciudad más profunda, compleja y subjetiva
de la que observamos, sobre la cual podemos poetizar y narrar sus partos
diarios, sus sufrimientos, pero también sus dichas, sus puntadas al desarrollo.
Basta con detenernos frente a ella una
mañana soleada, un día de lluvia, un anoche de jolgorio, en una de sus ondeadas
brisas de fin y principio de año o en el inicio de la oleada de calor que da paso
a la Semana Santa con sus típicos dulces; recorrer
todos sus rincones y recovecos, conocer sus historias, los detalles en sus bordillos
y el toque del campanario que aun en una metrópoli como ésta suena todas las
mañanas; en fin, observar cada minuta social e histórica, porque al leer ese contexto, brinda la posibilidad
de poder reescribir al antojo de quien hace de escritor y no de la historia que nos imponen otros para que repitamos como loros.
Aún
es más profunda la mirada sobre su casco antiguo, donde nació la ciudad, mejor, donde se empezó a poblar, toda vez que Barranquilla no fue fundada. Su
centro histórico es una micro-ciudad dentro de la ciudad, donde el Este nos
recuerda las canoas que hacían remar indígenas antecesores nuestros, cargadas de
camarones secos, pescado, de legumbres, granos, tubérculos,… para intercambiar
con otros semejantes.
Ese
casco antiguo también tiene un sur y no propiamente el sur de la ciudad: su
sur. El brazo del río Magdalena llamado
hoy caño arriba, prácticamente en su límite o frontera con el sur-oriente de la
ciudad. Y en ese Sur, no el sur de toda la ciudad, sino el sur del Distrito
Central, se entreteje la vida taciturna, diurna, nochecina, penumbrosa con
cambios abruptos, entre la mercadería dispuesta a toda hora y el bajo mundo de
los que habitan sin ser ciudadanos.
El Norte, como el Oeste, es un poco de lo primero y de lo segundo, pero con sus
características definidas. Es un Norte pobre pero con grandes expectativas para
el desarrollo, un norte con residentes llamados al destierro; unos brazos del
río –compañías, tramposos,…- cloacas hoy, en espera de su transformación, un Oriente
con residencias donde habitan hogares que se labran día a día un futuro y
residencias (moteles), para pasar el rato y nada más…
Y
en todo el centro del Centro de la ciudad, una olla que hierve, que vive, que
suelta sus jugos en medio de la brasa hirviente de los días, del bullicio, del
desorden, pero al tiempo se amalgama el empuje de quienes están asentados allí,
de quienes creyeron en un porvenir, quienes revitalizaron edificios (hoy grandes centros comerciales) que hace
solo unos décadas eran cementerio de palomas, pero que mucho antes, fueron los
más emblemáticos de la ciudad, edificios que desde sus balcones los políticos
usaban como tribuna, donde desde un café (Román), Gabriel García Márquez y
otros personajes arreglaban el mundo, hoteles donde se hospedaban los
representantes más importantes del Gobierno central y extranjeros que llegaban
de visita, otros espacios desde donde Bolívar -el Libertador- también proclamaba sus discursos
al pueblo. Parques y Plazas desde donde se desarrollaban actividades
cívicas, militares, manifestaciones e
indudablemente hay que hacer referencia a la primera Batalla de Flores.
Sus
puntos cardinales no nos llaman a limitar el Centro del resto de la ciudad,
sino a explorarlo pero con ojos vírgenes u ojos que vivan la sorpresa por lo
descubierto, ojos como los de los niños y jóvenes a quienes va dirigida esta
propuesta.
Nuestro
proyecto se centra en conocer la mirada desprevenida de los jóvenes estudiantes
de la ciudad sobre su casco antiguo, de aquellos que lo han recorrido y de
otros que aún no conocen dónde, cómo y por quiénes se originó la ciudad;
jóvenes con los cuáles pretendemos que descubran ese pedazo de tierra llamado
Centro histórico y su área de influencia; jóvenes que comprendan que la primera
y más importante fuente de información son los padres y abuelos, luego los maestros
y posteriormente los historiadores y enciclopedias impresas y virtuales;
jóvenes con quienes podamos generar espacios de comunión familiar a través del
reconocimiento de lo que somos, de dónde nacimos o nos criamos y educamos; de tal forma, consideramos, inducimos a la generación de espacios de
comunicación, de gran importancia en nuestros días donde cada vez la
interconexión nos está llevando a la incomunicación.
¿Qué aspiramos que ellos
descubran?, ¿qué queremos que observen?, ¿cómo deben compartir lo descubierto?
En
el año de 2002 impulsamos desde Asocentro y la fundación Albricias, una
iniciativa del docente e investigador Jota Para Ce, con quien desarrollamos un
programa que denominamos “para conocernos
mejor”; los video-clips Centro Histórico de Barranquilla, son la
continuidad de ese proceso iniciado, será además el resultado de un proceso que
desarrollaremos con jóvenes de diferentes colegios, instituciones educativas y
fundaciones que tengan la educación como parte fundamental del proceso de formación
en niños y jóvenes.
¿Qué hay más allá de lo
observado?
-Están
los edificios, pero ¿qué hay dentro de esas paredes? ¿Qué historia
guardan esas paredes que formaron bellos edificios con valor patrimonial
arquitectónico?, ¿quiénes, por qué y para qué las levantaron?
-Están
las calles, ¿quiénes recorrieron por ellas, quienes lo hacen hoy, bajo
qué condiciones y por qué?
-Están
los parques y las plazas. Cuáles son sus nombres, a quienes se les debe
el bautizo de las mismas?, ¿cuáles fueron los momentos de colectividad
generados en los mismos en un pasado desde estos espacios públicos?, ¿qué pasa
hoy en los mismos?, ¿por qué están en este estado actualmente?
-Están
los personajes: ¿quiénes hacen parte de la historia de la ciudad. Quiénes le apuntaron a su construcción desde
los político, social, cultural, económico, de inventivas,…?, ¿quiénes son sus
personajes hoy: en la calle, en el comercio, en las instituciones, en el río,…?
-Están
las monumentos: (Monumentos,
cañones, Estatuas de Bolívar, Gaitán, el Obelisco dedicado a los Estudiantes, escultura
a los Enamorados en el Parque Los Locutores, Iglesias de San Nicolás, San Roque,…): qué
importancia tuvieron los monumentos ubicados en el centro?, por qué y por
quiénes fueron ubicados?
-Están
los inmigrantes: los extranjeros de otros países y de otras regiones
del país, ¿qué aportaron en la conformación de la ciudad y qué aportan los que están
hoy y los que son descendientes de aquellos primeros pobladores?
-Está
la gastronomía: las fusiones culinarias, lo tradicional en cualquier
esquina del centro del arroz de lisa a la hora del desayuno, los productos que
solo se consiguen en el centro, en los mercados públicos en Barranquillita,
porque de ellos se abastece el resto de la ciudad.
-Están
las calles con grandes centros y almacenes comerciales: lo que le ha
dado vida y ha reactivado al centro en las últimas dos décadas.
-También está la indigencia, la
prostitución, los niños trabajadores, los expendios de drogas, los amigos de
los ajeno; el comercio informal. También
coexiste en ese medio ambiente, los malos olores, aguas putrefactas que corren
constantemente por algunas calles, las basuras, los perros callejeros, como las
vacas, los goleros, los cerdos.
-Pero además se escuchan las risas, los chistes, "la mamadera de gallo" mientras cuatro se disputan una partida de dominó; la algarabía de niños que juegan mientras sus madres venden en un puesto apostado a un andén, todo ese festín de la palabra y carcajadas despampanantes propio de nuestra gente Caribe.
-Pero además se escuchan las risas, los chistes, "la mamadera de gallo" mientras cuatro se disputan una partida de dominó; la algarabía de niños que juegan mientras sus madres venden en un puesto apostado a un andén, todo ese festín de la palabra y carcajadas despampanantes propio de nuestra gente Caribe.
Esto
es lo que yo llamaría las muchas caras del centro: el centro histórico que empezó
a despertar hace algunos años con edificios restaurados y revitalizados; el
centro como eje comercial del Caribe colombiano, realmente sorprendente toda su
dinámica comercial; indudablemente el centro que pese a toda esta vida comercial se muestra
desordenado, sucio, sin autoridad, sin control en la ocupación de su espacio
público, con un permanente caos vehicular y un alto impacto negativo en su
medio ambiente; el centro de las 300 mil personas flotantes diariamente; el
centro que al cerrar las puertas de almacenes e instituciones públicas, en sus horas
nocturnas abre las puertas de la miseria, de la pobreza, del submundo urbano,
de lo que otros llaman lo indeseable en una sociedad, de los que no han tenido
muchas oportunidades en la vida o de los que sencillamente eligieron el camino
equivocado por esencia propia de elección en cada ser humano.
Lo
escrito por los jóvenes hoy, será un referente histórico en el mañana.
Todo
tiene una lectura diferente del contexto referenciado desde la juventud, de
quienes esperamos conocer su percepción a través de la escritura, llámese
poesía, cuento, crónica o relatos vivenciales, encadenadas a historias de vida
compartidas por sus padres, abuelos u otros familiares y amigos.
De
tal forma podemos resumir, que los video-clips es la evidencia de un proceso de transformación en la mentalidad de los
jóvenes sobre su ciudad, el redescubrimiento de la misma desde su casco
antiguo, con lo cual soy una convencida lograremos en forma significativa
despertar en ellos amor por Barranquilla.
Por cada nueva persona que logremos que ame, reconozca y resignifique
todos los días la ciudad, estamos garantizando la formación de más ciudadanos
que defenderán su territorio como extensión de sí mismos y ello lleva al final, tener una ciudad con un desarrollado urbano, cultural, social y humano, sostenible.
*Periodista, poeta, dirigente gremial y gestora cultural.
Este
es un proyecto que viene desarrollando la Fundación Albricias y Asocentro desde
el año 2003.